Dios es el viento que llena mis velas y me da la fuerza para nunca rendirme.
Mi familia es mi tripulación y mi esposo es mi capitán. Juntos luchamos contra viento y marea en los días tormentosos, y disfrutamos de los de soleada calma.
En cada viaje jamás pueden faltar un libro y un cuaderno. Porque leer y escribir son comida y medicina abordo de esta nave.
Mis metas son mi puerto, mi corazón mi compás y la experiencia mi ancla.
Esta soy yo, un velero navegando océanos de sueños.